La extorsión en la calle Mosquera -y otros sectores, sin duda- es insoportable para comerciantes trabajadores que generan fuentes de empleo, riqueza municipal y contribuyen al desarrollo de la economía local.
Se presenta una delicada situación que tiene atemorizada a esta comunidad comercial. Son objeto de llamadas extorsivas, papeles anónimos que les hacen llegar a través de correos humanos infantiles, en los cuales les exigen dinero, objetos y elementos para uso diario. De no cumplir con los requerimientos, las amenazas contra su integridad personal, familiar y del establecimiento, son inmediatas y terroríficas.
Lo más grave: Si se atreven a poner en conocimiento de las autoridades respectivas tal situación, son contactados casi que de inmediato por los bandidos con la perentoria advertencia que si lo vuelven a hacer: "SE ATIENEN A LAS CONSECUENCIAS".
¿Qué pasa en Tumaco?
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