Al señor Procurador: es hora de trabajar por la reconciliación de los colombianos. No más odios ni guerra.

El cese bilateral del fuego esta semana por parte del Estado y la guerrilla de las Farc, es el prólogo para la firma de los acuerdos de Paz de la Habana.

¿Hay colombianos que se opongan?

Creemos que el señor Procurador Alejandro Ordoñez,  protagonista diario  en los medios de comunicación de nuestro país, expresa reparos de todos los tamaños, colores y sabores al más importante proceso contemporáneo que vivimos, afrontamos y del cual queremos salir los colombianos.

¿No es hora señor Procurador de dejar de hablar, hablar y hablar y trabajar con rigor en función de ejercer una argumentada y ajustada labor conforme a la Constitución de Colombia?

No es santo de nuestra devoción el señor presidente de la república Juan Manuel Santos quien continuando con las nefastas políticas neoliberales de su predecesor el inefable senador Alvaro Uribe Vélez, acrecentó la pobreza y el desempleo del pueblo colombiano; pero de ahí a señalarlo como lo hace usted doctor Ordoñez, de "ser aliado de las Farc",  más que un acto de irresponsabilidad, es una acusación que bordea el código penal. Por ser presuntos simpatizantes de la guerrilla hay numerosos colombianos privados de la libertad.

Colombia es un país cuya historia está escrita en capítulos de guerra. Ya es hora de respetar nuestras diferencias conceptuales, religiosas y de color de la piel.

Demos el debate señor Procurador Ordoñez sobre la verdadera Paz que es entorno al modelo económico que reclama con urgencia una nación, donde pequeñas élites a las cuales usted pertenece, concentran cada día más la riqueza y el producto interno bruto, mientras los sectores populares naufragan entre un agitado mar de necesidades insatisfechas.

Encontrémonos en la búsqueda de soluciones para los problemas, que estoy seguro podemos lograrlo porque los colombianos somos en su inmensa mayoría trabajadores, honrados y solidarios.

Con respeto doctor Ordoñez, cierre la boca y póngase a trabajar en favor de toda la nación, sin exclusiones. Que no le guste Cien Años de Soledad, es cuestión de gustos y formación literaria. Yo leo cada que las urgencias espirituales me lo reclaman La Biblia. Entiendo que usted también. 

Sí cabemos en el país todos los ismos habidos y por haber (liberalismo, conservatismo, frentenacionalismo, uribismo, polismo, ordoñizmo, etc) sólo necesitamos reconocer que somos diferentes y merecemos respeto y que juntos podemos construir una nación en paz y sostenible con un modelo socioeconómico que genere una vida digna para todos.