¿Prohibir la tecnología en el aula de clase tumaqueña es la solución?

La institucionalidad prohibió el uso del celular en los salones de clases de los colegios públicos de la ciudad.

Es decir, la asamblea de rectores de los colegios oficiales acordó que los educadores en sus horas de clase pueden decomisar los celulares de los alumnos que los tengan en uso. Queda prohibido su uso en el aula escolar. Estos celulares serán decomisados y devueltos a los jóvenes al terminar el año lectivo. 

Es respetable esta decisión pero no la compartimos en TUMACOPOPOLO.

    La tecnología al servicio de una humanidad  que alcance la felicidad para todos. 

Es como en el aburrido argumento del marido cornudo que decide vender el sofá para evitar la infidelidad de la mujer.

El problema no es el celular: es su uso pedagógico para el saber y el saber hacer con el saber.

Cerrarle la puerta a la tecnología es retroceder en el tiempo y en la historia. Claro, sobre la base de que esta debe estar al servicio del hombre en todo tiempo y lugar. Hoy en el mundo occidental se conoce que existen más de estos aparatos que habitantes. Su empleo está masificado y ya la ciencia estudia una enfermedad contemporánea que es la adicción a los móviles, como también los denominamos en español.

El uso de la tecnología de punta en la escuela es un gran reto para sociedades inequitativas y voraces como la nuestra. El Ministerio de Educación de Colombia aspira a que en un lustro por ejemplo los niños de las escuelas públicas puedan usar un computador por parejas. En la actualidad es normal que cada alumno disponga de su celular y seis jóvenes como mínimo se agolpen alrededor de un computador.

En el caso concreto de la Perla del Pacífico, sabemos que la alcaldesa Emilsen Angulo Guevara tiene entre sus prioridades lograr convertir a Tumaco en una ciudad digitalizada, con Internet gratuito para la comunidad, con especial relevancia para el sector educativo -aspiración que ya completa una década-.

Nos preocupa por supuesto todo lo que circula por el ciberespacio y muy en especial lo que se difunde por las redes sociales, el centro de información o desinformación -según como se mire- más poderoso en la historia de la comunicación humana. Los maestros y los padres de familia tienen la mayor responsabilidad y compromiso en el acompañamiento de sus hijos para que no se conviertan en "tontos útiles de la tecnología" que puede terminar en muerte, como ya estamos presenciando.

Poco antes de morir el pasado año, el novelista, semiólogo y filósofo Humberto Eco, advertía de los peligros de la Internet y de su particular prevención frente a la preponderancia contemporánea de las redes; "alcantarillas de la cultura actual en gran medida", según escribió. En TUMACOPOPOLO compartimos sus apreciaciones.

Generar en el aula de clase un pensamiento crítico es el auténtico compromiso que tiene la escuela de nuestra época, en una sociedad cada vez más desigual que tiene ahogada en la pobreza, el analfabetismo conceptual y la falta de oportunidades a la mayor parte de la población.

TUMACOPOPOLO dialogaba en estos días con el señor comandante del Distrito Especial de Policía de Tumaco, Coronel Geovanni Roncancio sobre la notable labor que realiza esa institución en nuestra región y entre las reflexiones que le escuchamos mostraba su preocupación por el alto desempleo que afecta a los jóvenes entre los 18 y los 30 años. "Afecta nuestro comportamiento social y cultural", manifestaba con razón el alto oficial.

Enfrentemos con la gran sabiduría que tiene el magisterio de Tumaco, los sanos propósitos de la administración municipal y el decidido compromiso de los hogares tumaqueños, el uso de todos los avances técnicos, tecnológicos y científicos de la civilización para que nuestra sociedad avance en dignidad y equidad y nuestra juventud pueda edificar con criterio propio su mejor proyecto de vida que le permita alcanzar la felicidad, que es en últimas de lo que se trata en este corto y a veces turbulento periplo existencial.