Para el próximo jueves 16 de abril, la Federación Colombiana de Educadores FECODE, decretó una jornada nacional de movilización del magisterio colombiano, que exige del gobierno nacional el cumplimiento de los compromisos acordados el año pasado, así como la dignificación del ejercicio de ser maestro, que debe empezar por pagarle salarios no tan lejanos a los que ganan otros profesionales que prestan sus servicios al estado colombiano.
Luis Grubert, presidente de FECODE en rueda de prensa nacional manifestó que la jornada de 24 horas prevista para el próximo jueves, es una medida preventiva con el fin de que el gobierno nacional cumpla con los pasados compromisos adquirido con el magisterio: "Mantenemos las puertas del diálogo abiertas con el Gobierno, solo reclamamos el derecho a una educación de calidad y para todos que comienza con maestros que ganen lo indispensable para alimentar y educar bien a sus familias, porque nosotros también somos padres de familia", recalcó el dirigente educativo.
Por otra parte el pleno nacional de FECODE, decretó el cese indefinido de labores para el próximo 22 de abril en caso de que el Gobierno no atienda con responsabilidad y seriedad las antiguas reclamaciones de los maestros de Colombia: " Le solicitamos al presidente Santos, a los ministros de Hacienda, Trabajo y Educación atender de manera directa la educación pública de nuestro país y resolver de manera positiva y franca los requerimientos de un sector decisivo para mejorar la calidad de vida de los colombianos", señaló el profesor Grubert.
El dirigente manifestó su preocupación de un probable cese de labores indefinido de los 323 mil maestros afiliados a FECODE que afectaría a cerca de 9 millones de niñas, niños y jóvenes de nuestra nación. Reveló que una investigación de la Universidad Nacional de Colombia concluye que es necesario incrementar en un 28% el salario de los educadores públicos para que tengan un ingreso no tan distanciado del que ganan otros profesionales vinculados al sector público.
Entre tanto la situación de más de mil 200 maestros municipales de Tumaco (son cerca de mil 800) es crítica, puesto que se encuentran en provisionalidad desde hace muchos años y aunque la gran mayoría presentó el concurso y lo ganó para obtener su nombramiento de manera definitiva, unos 200 lo perdieron y hasta ahora el Gobierno no encuentra una solución justa para sus demandas.
El hacinamiento, infraestructuras inadecuadas, falta de bibliotecas y pocos espacios convenientes para la recreación, el deporte y la cultura, afectan la calidad educativa, sin contar las dificultades de los maestros que reclaman capacitaciones acordes y financiadas por el MEN, mejora sustancial del sistema de atención en salud y la unificación de un estatuto que rija para todos los educadores en Colombia, vinculados al sector estatal. Llama la atención que los docentes como en Tumaco, tengan que realizar rifas para lograr algunos recursos con los cuales poder pagar la atención médica privada, porque de lo contrario su vida corre peligro ante el largo tiempo que debe esperar para ser atendido por un sistema de salud que sin falta les descuenta cada mes para garantizarles el servicio médico.
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