"Padrinos de la patria" acorrolan prensa crítica e independiente en la Colombia cooptada por las mafias políticas, económicas y guerreristas.
La concentración de la pauta publicitaria tanto pública como privada de manera significativa, en los grandes cadenas televisivas privadas de nuestra nación, son una de las formas aplastantes de ejercer control en la información que debiera "ser libre y soberana".
Que falta nos hace el desaparecido filósofo y periodista colombiano Jorge Child, eximio opinador en las buenas épocas del victimizado El Espectador, en los tiempos de don Guillermo Cano, ejemplo imborrable del patriótico oficio, alguna vez considerado: "el más hermoso del mundo", y convertido en Colombia, en uno de los más peligrosos.
La prensa en nuestro país está infiltrada por francotiradores que le apuestan a desaparecer y eliminar colombianos a diestra y siniestra, como única fórmula para acabar con el terrorismo, el narcotráfico, el secuestro, el ejercicio libre de la opinión y el pensamiento. Estos opinadores que se "armaron" y salieron a la luz pública desde sus trincheras informativas, cogieron vuelo en la última década, apoyados en la sangrienta doctrina de la : "seguridad democrática", copiada de los expresidentes Bush.
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