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Democracia en Juego

La violencia hace rancho en Tumaco

Por el esfuerzo militar los homicidios han bajado en la zona urbana de este puerto nariñense, pero no habrá elecciones libres mientras las mafias armadas sigan aterrorizando a la población

Junio 17 de 2011

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“Tumaco de apego a paz y tranquilidad,

verdadera pesadilla viviendo ahora está.

La violencia por acá

ha hecho rancho y casa”.

Así lo canta “El Diablo”, Carlos Rodríguez, en esta décima cimarrona. Decimero de oficio y narrador oral de cuentos de la tradicional cultura afrocolombiana, “El Diablo” ha sido testigo de la realidad que vive el municipio.

Hasta este puerto llegó el Plan Troya Pacífico con 1.400 hombres para combatir los grupos ilegales que operan en los departamentos de Nariño y sus vecinos Cauca y Valle del Cauca. La iniciativa, presentada por el presidente Juan Manuel Santos a principios de mayo, creará la Brigada Fluvial de Infantería con sede en Tumaco para "tener mayor control frente al tráfico de drogas que alimenta a las bandas criminales y a la guerrilla”, explicaba Santos durante su corta estancia. “Vamos a tener más militares que personas,” bromea un tumaqueño al ser preguntado por el nuevo plan de seguridad.

El Teniente Coronel Mauricio Castro, refuerza las palabras del presidente al asegurar que la nueva estrategia militar “va a generar una mayor independencia y mayor capacidad de reacción y persecución frente a los grupos ilegales de las FARC el ELN, los Rastrojos, las Águilas Negras y las Bacrim. Aquí tenemos de todo”, afirma Castro.

En las últimas semanas, la ofensiva del Ejército terminó con las capturas de varios miembros de estos grupos armados, entre las que se destaca la de Carlos Hugo García, alias 'Chocolate', jefe de oficina de sicariato de los hermanos Comba, y la de Nulver Sarria García alias 'Apache V', cabecilla de Los Rastrojos en Tumaco. Doce integrantes más de esta banda también han sido detenidos.

Pero a pesar de estos golpes militares, el municipio continúa viviendo entre el miedo y la zozobra. “Para explicar lo que está pasando hay que diferenciar dos ambientes: el rural y el urbano,” aclara Eugenio Estupiñan, gerente de la Zona Pacífico de la Gobernación de Nariño, que se dedica a estudiar lo que acontece en Tumaco. “Mientras la ciudad tiene una mayor protección, la zona rural continúa desprotegida y lo que ahí sucede es muy alarmante. Si bien es cierto que los índices de criminalidad se han reducido, la extorsión y la presencia de actores se mantiene”, concluye.

“En la parte rural son más las víctimas del conflicto que los sobrevivientes. Si se oye la llegada de un motor por el río, son muchos los que tratan de lanzarse al monte para esconderse”, asegura un líder de la zona que pide mantener el anonimato.

La llegada de desplazados al municipio es otro foco que está generando violencia. Tumaco es la ciudad de Nariño que más desplazados recibe y la mayoría de ellos se ven obligados a formar parte de actividades ilícitas como el narcotráfico o ingresan a formar parte de las mafias, apunta este joven líder.

Según los datos presentados por el Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP) en el 2008 se presentaron en Tumaco 1022 amenazas, 108 desapariciones, 846 ejecuciones extrajudiciales y 114 casos de tortura. Un panorama que según observadores locales no ha cambiado mucho en la actualidad.

Desde la organización Proceso de Comunidades Negras, PCN, denuncian que en este año en Tumaco, “las violaciones sexuales a las niñas y adolescentes han incrementado de forma alarmante". Según PCN niñas entre los 9 y 13 años de edad están embarazadas por primera vez, entre los 13 y 15 años son madres de dos hijos, y de 14 a 17 años tienen hasta cuatro, como consecuencia de violaciones ejercidas por sus padrastros, vecinos e integrantes de grupos armados ilegales, aseguran.

Mientras esto sucede en las afueras, el casco urbano del municipio es lo más parecido a una “zona de rehabilitación”, estrategia que empleó el ex presidente Álvaro Uribe para militarizar varias áreas del país. Un policía vigila cada cien metros y la jefatura que se encuentra en pleno centro tiene el aspecto de un bunker. Es desde allí donde afirman con orgullo: “Las muertes violentas se han reducido en un 35 por ciento en comparación con el año pasado, no lo digo yo, lo dicen las estadísticas”, sostiene Juan Carlos Mendoza, mayor de la Policía del puerto.

Sin embargo, este viento fresco no alivia la violencia que terminó azotando al puerto con especial fuerza en el 2010 y en el primer semestre del año, dejando un número de víctimas muy alto: 88 homicidios contabilizados hasta el 1 de junio. La sensación de inseguridad de vez en cuando se materializa en atentados, como el que ocurrió el pasado 10 de junio cuando fue lanzada una granada contra las instalaciones del céntrico Almacén Andino en la Calle Sucre. Aunque todavía se desconocen a los autores del atentado, las autoridades vinculan el acto con las amenazas y extorsiones que venía sufriendo el dueño de estos almacenes y a quien se le obligaba al pago de una vacuna.

Sin tapujos, Eugenio Estupiñan de la Gobernación, asegura que “una cosa son las muertes que se registran en la ciudad y otra la cantidad de muertes que ocurren. El sub registro que existe es impresionante. En Tumaco los grupos armados siguen siendo los amos de muchos barrios y son ellos los que autorizan quien puede y quien no puede entrar”, sentencia. Esta situación se presenta en buena parte de los barrios periféricos de Tumaco, como Vientolibre, Candamo, Exportadora, La Carbonera, Brisas del Aeropuerto, entre otros.

A la fecha, ni autoridades ni asociaciones han recibido denuncias sobre constreñimientos por parte de los grupos armados al electorado, sin embargo, los comicios de octubre son el escenario ideal para que los actores ilegales se manifiesten, como ya ha ocurrido con algunas acciones. El pasado 16 de junio, hubo una explosión en el comando de la Policía que está ubicado en pleno centro de la ciudad, un atentado que no cobró víctimas ni heridos y que fue entendido por las autoridades como un acción violenta contra los buenos resultados que está brindando el Plan Troya Pacífico y los operativos efectuados por la Policía.

Otro hecho significativo fue la acción ocurrida en noviembre del 2010 que terminó con el secuestro del ex alcalde Nilo del Castillo y su esposa Yoconda Segovia, hoy candidata a la alcaldía, quien permaneció en manos de los raptores durante 89 días, mientras que su esposo fue liberado catorce días después del rapto. Aunque las autoridades desconocen a los autores del plagio, se cree que fue el grupo paramilitar Los Rastrojos.

Mientras el Ejército mantiene reuniones con todas las autoridades civiles para la organización de las elecciones y los grupos civiles buscan estimular la participación ciudadana, -el abstencionismo del municipio es del 48 por ciento-, el “Diablo” camina por el puerto y recita: Como dijo Vargas Lleras, Ministro del Interior, en Tumaco es cosa urgente, vigilar bien la elección.