Las declaraciones del excomisionado de paz Luis Carlos Restrepo, del régimen uribista, en R.C.N radio del inefable Pacho Santos, su compañero de gobierno, salieron al aire, "en vivo y en directo", ratificando algo que sabemos los colombianos: que la corrupción campea silvestre en las altas esferas gubernamentales desde siempre.
Estos artistas de la burocracia tienen capturado al Estado por tradición y lo usan en su beneficio. A veces se les cuelan algunos arribistas clase media (Uribe Velez), pero son la excepción que confirman la regla.
El señor Restrepo (siquiatra de cartón, politicón de profesión y uribista de corazón) está cuestionado por la farsa del desmovilizado grupo narcoterrorista Cacique Nutibara. Por supuesto el alega (grita) que es inocente.
Ahora resulta que según él, la señora fiscal Viviane Morales, estuvo en charlas académicas con la alta cúpula asesina de las AUC en Santafé de Ralito.
No le solicitó permiso y conste que el doctor Restrepo era la máxima autoridad oficial del tema. En esto tiene toda la razón.
¿Qué hacía la doctora Viviana sin permiso del Gobierno, reunida con los peores criminales de la historia de este corajudo y bendito país que resiste estos oprobios y sinapismos históricos?
Pero usted doctor: ¿Por qué demoró seis años para denunciar un delito del cual tuvo conocimiento? La ley castiga a los que pecan por acción o por omisión.
A mano de bandidos que venden, cambian, juegan, alquilan, permutan, empeñan, sojuzgan, rifan, en suma, hacen y deshacen con la patria, mientras la mayoría de compatriotas sobreviven en la miseria, la ignorancia, la exclusión y la malparidez cósmica.
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