Cuando asesinaron a John Lennon, Gabriel García Márquez escribió entonces en El Espectador que acababan de asesinar a la poesia.
Esta mañana el crimen contra el inmenso cantautor argentino FACUNDO CABRAL, es un desventurado tiro por la espalda al sueño inatajable de tener una patria latinoamericana sin exclusiones.
La mafiosa mano derecha cavernícola que se extiende impune por la patria grande que soñaran Bolívar y Martí solo siembra luto, dolor e inhumanidad.
No podrán acabar el proceso. Solo ponerle perversos obstáculos en el camino. El pueblo lo reinventa las veces que sea necesario.
¡Criminales de todos los pelajes: uníos y echaos al mar y que los peces nos perdonen por el pésino día que tendrán!
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