TumacoPopolo publica este artículo del abogado y escritor Hernando Arcos Salazar, homenaje póstumo al fallecido dirigente cívico tumaqueño.
EN MEMORIA DE DON
EULIQUIO BIOJO
Por: Hernando Arcos Salazar.
Gocé de la amistad de don Euliquio desde mi más tierna infancia y por eso sé que todo lo que se propuso hacer en la vida, lo hizo mejor que bien, empezando por sus hijos, que siguieron su buen ejemplo desde niños y ahora son semilla valiosa que cayó en buen campo en nuestra pequeña aldea…, con Lico y Patricia hemos compartido tantos buenos momentos en los últimos años, que siempre los he considerado unos hermanos que se criaron en otra casa, no solo por la buenas vibraciones que siempre me ha generado verlos y estar con ellos, sino también porque en Tumaco todos sentimos que don Euliquio era una especie de padre nuestro, de gran sabiduría, siempre presto al consejo. Toda la vida he pensado que los mejores amigos de uno son aquellos con quienes uno más se ríe…, pues, bien, la amistad con don Euliquio Biojó fue una carcajada de muchos años, mirándonos a los ojos con sinceridad mientras reíamos, satisfechos de ser amigos, por el solo gusto de serlo…Ahora que veo que todo mundo resalta sus virtudes, hay que decir que todas son ciertas, pero de las principales que lo adornaban y que son un legado para todos en Tumaco resalto su dignidad y su altivez, en el buen sentido de la palabra…, ellos, los Biojó y sus descendientes, al igual que don Euliquio, no le agachan la cabeza a nadie ni a nada, y no se sienten más que nadie, pero nunca, en el jamás de los jamases, menos que nadie…, hasta hace algunos años, ya viejito y menoscabado en su salud, solía encontrarlo en la calle, con su eterno maletín y sus tirantes, le preguntaba, ¿para dónde va don Lico? Y él decía, “si me va a llevar le digo”. Entonces yo apagaba la moto y le decía para donde quiera, menos a sitios malos y él, “Usted es un corrompido” y se echaba a reír con esa risa franca que todos vamos a echar de menos…, en el cementerio, escuché la carta postrera de don Euliquio, leida por mi hermano de siempre, Lico, el ya no tan joven (Lico el ya no tan joven me arruga el ceño siempre que le pregunto, ¿Cómo esta don Euliquio el bueno?), llena de gratitud por lo bien que le fue en la vida…, total, que aun teniendo el alma compungida, prefiero recordar los buenos momentos compartidos, aquellos en que (ya muerta doña Teresita), hablamos de las damas, de lo bonitas que son, de todo, y el siempre: “Usted es un corrompido”…, Ah don Lico, la falta que ya nos está haciendo…, mi abrazo fraterno para todos sus hijos, con algunos de los cuales no compartí tanto (por el tiempo y la distancia), pero me basta haber conocido el molde para saber que son iguales de buenas y valiosas personas que su viejo, haré el intento de recordarlos, Angel, Vita (¿se escribe así, Vita?), a quien recuerdo como una de las reinas de carnavales más lindas, Marthica, Maria Teresa, Lico, Iván, Robin, Daniel y Patricia…, abrazo solidario a ellos y felicidades a don Lico ahora al lado de su Teresita...
Por: Hernando Arcos Salazar.
Gocé de la amistad de don Euliquio desde mi más tierna infancia y por eso sé que todo lo que se propuso hacer en la vida, lo hizo mejor que bien, empezando por sus hijos, que siguieron su buen ejemplo desde niños y ahora son semilla valiosa que cayó en buen campo en nuestra pequeña aldea…, con Lico y Patricia hemos compartido tantos buenos momentos en los últimos años, que siempre los he considerado unos hermanos que se criaron en otra casa, no solo por la buenas vibraciones que siempre me ha generado verlos y estar con ellos, sino también porque en Tumaco todos sentimos que don Euliquio era una especie de padre nuestro, de gran sabiduría, siempre presto al consejo. Toda la vida he pensado que los mejores amigos de uno son aquellos con quienes uno más se ríe…, pues, bien, la amistad con don Euliquio Biojó fue una carcajada de muchos años, mirándonos a los ojos con sinceridad mientras reíamos, satisfechos de ser amigos, por el solo gusto de serlo…Ahora que veo que todo mundo resalta sus virtudes, hay que decir que todas son ciertas, pero de las principales que lo adornaban y que son un legado para todos en Tumaco resalto su dignidad y su altivez, en el buen sentido de la palabra…, ellos, los Biojó y sus descendientes, al igual que don Euliquio, no le agachan la cabeza a nadie ni a nada, y no se sienten más que nadie, pero nunca, en el jamás de los jamases, menos que nadie…, hasta hace algunos años, ya viejito y menoscabado en su salud, solía encontrarlo en la calle, con su eterno maletín y sus tirantes, le preguntaba, ¿para dónde va don Lico? Y él decía, “si me va a llevar le digo”. Entonces yo apagaba la moto y le decía para donde quiera, menos a sitios malos y él, “Usted es un corrompido” y se echaba a reír con esa risa franca que todos vamos a echar de menos…, en el cementerio, escuché la carta postrera de don Euliquio, leida por mi hermano de siempre, Lico, el ya no tan joven (Lico el ya no tan joven me arruga el ceño siempre que le pregunto, ¿Cómo esta don Euliquio el bueno?), llena de gratitud por lo bien que le fue en la vida…, total, que aun teniendo el alma compungida, prefiero recordar los buenos momentos compartidos, aquellos en que (ya muerta doña Teresita), hablamos de las damas, de lo bonitas que son, de todo, y el siempre: “Usted es un corrompido”…, Ah don Lico, la falta que ya nos está haciendo…, mi abrazo fraterno para todos sus hijos, con algunos de los cuales no compartí tanto (por el tiempo y la distancia), pero me basta haber conocido el molde para saber que son iguales de buenas y valiosas personas que su viejo, haré el intento de recordarlos, Angel, Vita (¿se escribe así, Vita?), a quien recuerdo como una de las reinas de carnavales más lindas, Marthica, Maria Teresa, Lico, Iván, Robin, Daniel y Patricia…, abrazo solidario a ellos y felicidades a don Lico ahora al lado de su Teresita...
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