(Al coronel -tiene quien le escriba- Mauricio Cesar Miranda, comandante de la Policia Nacional en el Municipio de Tumaco, Pacífico Sur de Colombia.)
En el sepelio del jóven policia tumaqueño Yesid Castañeda, me parece que faltó más compromiso de la institucionalidad regional tanto pública como privada...
Respondieron sus compañeros de equipo y la institución policial como era su deber (comprometida con la comunidad hasta la muerte), muchas personas del común, el vecindario, los habitantes del barrio (Buenos Aires, La Playa, Viento Libre)...
El noble novelista argentino Ernesto Sábato (recientemente fallecido) decía que después de tener el cariño de sus vecinos, lo demás era añadidura; sus despojos mortales -velados en el salón comunal- se encuentran en el cementerio del barrio...
Noto en el rostro de nuestros encargados de mantener el orden, la Ley, la tranquilidad ciudadana y sobre todo el respeto por la vida, un rictus de amargura; no se olviden que la ciudadanía los apoya, son su razón...
Continuamos pendiente de lo que ocurra con el otro policia (¡Angel Villanueva, 21 años de edad!) en estado de coma; hasta este momento en el cual escribo (mayo 30- 3:10 a.m) no recupera el sentido y se encuentra en el hospital de Pasto...
Lamento que sean malas noticias en una tierra de tanta prodigalidad, que nunca tuvo límites para la hospitalidad, cuyas mujeres timonean (¿timoneaban?) la realidad diaria de su entorno familiar con amor y compromisos infallables...
Una tierrita -comprobado- donde ni siquiera el terrorífico incendio del siglo pasado (década del 40) que lo redujo a escombros y los tsunamis de 1906, ni de 1979 - que dejaron más pobreza, muerte y desolación- la pudo amilanar ni doblegar...
Yo recuerdo que también tuvo una dirigencia cívica, de padre y señor mío como exclamaban a cada rato los abuelos...
Ah de doña Justina de Villota, del padre Ricardo, del asesinado periodista Flavio Bedoya, de Carmela, de Rodrigo -¿por qué no lo invitan de nuevo con sus reflexivas columnas a Radio Mira, nuestra querida y comprometida estación radial de toda la vida tumaqueña?-...
Ay como lamentamos el paso inevitable del tiempo, porque solo eso -¡nada más!- tiene limitado al gran Euliquio Biojó, quien cumplió hace poco su novena década de vida con algunos piquitos de pájaro libre, a quien nunca le tembló la voz para decir la verdad y denunciar atropellos y entuertos...
Tantos, que es un pecado mortal que la infame memoria olvide a los que están en el corazón popular; German Manzi (asesinado en la puerta de su casa); Jorge Ortiz -al final optó por su propio destino-; al jóven Lico que sigue en la brega, no obstante los peligros y dificultades; "la profe" Rosa Elvira, la médico Carabalí...
Lo decisivo es que aquí estamos, no nos dejemos bajar de nuestra existencia -por lo menos no a empujones, ni codazos, ni siquiera a balazos ni bombazos...
Convoquémonos para la defensa pacífica y creativa de nuestro inmenso patrimonio ético, social y cultural, (y nuestra incontable riqueza material que nunca nos dejará morir de hambre) sometido a despojos, saqueos y destrucciones por sus enemigos públicos y privados...
Somos la CULTURA DEL AGUA Y DEL MANGLAR, la capital mundial de la manglaria y de la vida...
¡Y tenemos los "huevos filosóficos ( no "huevitos" como dice el señor de las sombras desde su tuiter) bien puestos!
Tantos años atrás escribiendo sobre esto, que yo también lo había olvidado...
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