Que llueva, que llueva, que Tumaco está en la cueva

Iniciamos el año con apagones eléctricos, sin suministro del servicio de agua y con un desorden vehícular de la madona.

En el sector lacustre (Puentes Venecia, Las Flores, Primavera, entre otros) no reciben el ansiado líquido DESDE EL AÑO PASADO; no les volvieron a bombear agua (¿potable?) desde el 22 de diciembre. 

Un sueño de Tumaco: Agua potable y permanente para la gente.

Se recuerda que es un servicio que Acuaseo presta una vez por semana (los recibos llegan puntuales cada mes) y cuando no lo hace por razones técnicas, naturales o humanas agrava más la poca calidad de vida de los habitantes de la beatífica Perla del Pacífico.

El no contar con agua en esta ocasión tiene el soporte según funcionarios de Acuaseo, en el derrame de crudo que se presenta desde ayer por manipulación fraudulenta que le hacen al oleoducto trasandino en jurisdicción municipal.

"Personas al margen de la ley, violentan las válvulas para apropiarse del petróleo y ocasionan derrames que siempre van a dar a los cuerpos de agua que alimentan el acueducto local", es la explicación oficial al respecto.

Nadie sabe cuando restablecerán el servicio y las autoridades hacen lo que pueden, y ya todos sabemos lo que están en capacidad de hacer.

En cuanto a la movilidad, que es como llaman ahora lo relacionado con el tránsito de vehículos y personas por las vías públicas, Tumaco vive el mayor desorden organizado en esta área de la vida ciudadana.

Concluido el convenio alcaldía-Policía (costaba 1.500 millones al erario municipal) unos pocos y valientes funcionarios vestidos de azul, intentan poner orden al caos del tránsito local.

Lo prodigioso es que empieza a desarrollarse una cultura de la convivencia vehicular-peatonal. Asómbrense: hay taxis que le ceden el paso a las familias que pasean en motocicletas y conductores de estos aparatos a veces le privilegian el paso a personas de la tercera edad y a madres que caminan con sus pequeños hijos. Algo es algo. Los ciegos semáforos "observan" callados este diario acontecer.

Mientras tanto, recomendamos comprar velas, mantener pilas de reserva y si es del caso, renovar sus linternas porque los apagones en Tumaco, con tregua o sin tregua de las Farc, se seguirán presentando por obra y gracia de la Santísima Trinidad (le echamos la culpa a los de arriba para dejar en paz a la pobre vaca del cuento). Imploramos a la Divina Providencia y a San Pedro que llueva... que llueva que Tumaco está en la cueva.