Por: Fernando Pinzón Pérez.
El senador Corzo, recién posesionado presidente del Senado de Colombia, y claro militante del partido Conservador, es el autor de un engendro denominado: INMUNIDAD PARLAMENTARIA.
Cuenta con el apoyo, estoy casi seguro de su grupo político y del Congreso; estos entuertos no se cocinan solos aunque siempre en la opulencia y la complicidad del poder.
Otros artistas de la cosa política llegan atraídos por el enloquecedor aroma de la impunidad, perdón, inmunidad parlamentaria:
El tantas veces glorioso! Partido de los azules. Que camada de acomodadores de la "historia patria", para manuales que imponen en los insoportables currículos del MEN.
Algunos virtuosos "patriotas" del partido de la U., se desboronan ante estos inmarcesibles olores. Por sus palabras fragantes los conoceréis.
Algunos diletantes del Polo, como el senador caleño Alexader López, a quien le reconozco su bonhomía, pero una cosa es la doble instancia para juzgar a los congresistas y otra convertirlos en agentes 007, blindados contra la justicia humana.
Y este ilustre senador Corzo a diferencia del rumiante europeo que lleva su apellido, si tiene colita de congresistas, estimada hasta ahora en unos 20, según sus propias palabras.
Debido a que este es un país de desmemoriados, algunos buenos poetas y narcotraficantes a porrillo, les recuerdo que el abogado -salió en diferentes medios- Corzo, para la elección de las nuevas mesas directivas del Congreso de Colombia, a los primero que concertó fue a los del inmaculado partido del PIN (pun-pun, dicen las malas lenguas).
Los congresistas de nuestro país tienen el derecho a la doble instancia en el caso de ser juzgados por algún delito cometido en cumplimiento u omisión de sus funciones.
A recibir del Estado todo el apoyo y la colaboración necesaria para el cabal cumplimiento de sus actividades.
Al respeto, el cariño, la solidaridad y la admiración de todos sus compatriotas, ganado en el ejercicio de su labor legislativa siempre en favor de las mayorías irredentas de Colombia.
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